Drones israelíes y ejecuciones selectivas en Gaza.

Recuerdo los primeros muertos que vi en Gaza en la última operación militar israelí del verano pasado. Los primeros muertos que vi en el mismo lugar de ser asesinados por un dron israelí.

Eran 3 miembros de una milicia palestina y estaban carbonizándose. Habían muerto por el impacto del misil, o al menos eso quise pensar (mejor que quemarse vivo), pero todavía se podía apreciar la expresión de su cara, con la cabeza hacia atrás, y la boca abierta. Uno de ellos, el conductor, no tenía cabeza, pero tenía los brazos sujetos al volante.

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Foto del asesinato selectivo. La menos escabrosa. (Isabel Pérez)

El misil del dron les cayó encima cuando estábamos en el coche (mi equipo y yo) a 500 metros. Veníamos del Hospital Europeo donde habíamos esperado horas para ver si, finalmente, los israelíes habían dejado evacuar a los palestinos de Khuza’a. Pero nos tuvimos que volver cuando nos avisaron de que las ambulancias no podían entrar a esa zona debido al intenso bombardeo.

Tras ver el impacto y el humo posterior, paramos y bajamos apresuradamente del vehículo,

Unos vecinos llegaban ya al lugar del bombardeo. Había incluso dos niños a los que nadie había visto en medio de tanto caos, crispación por buscar agua y apagar el fuego, y el humo negro con olor a carne chamuscada. El niño mayor, de unos 9 años, estaba boquiabierto mirando a los muertos, sin pestañear. El más pequeño miraba, le apretaba la mano y luego se escondía detrás del mayor.

A mí también me costó reaccionar y tardé unos minutos en gritarles ‘¡Marchaos a casa ahora mismo!’. Y, por primera vez desde que estoy en la Franja, dos niños me hicieron caso. El mayor se había quedado casi petrificado y no parecía moverse. ‘Yallah, a casa, rápido habibi’. (Un poco de cariño, son niños y están conmocionados). Y se marcharon.

Por aquel entonces, los bombardeos comenzaban a ser más y más intesos y las ejecuciones selectivas, esto es, lo que acabábamos de presenciar, eran contínuas. Aunque su selectividad falla. Falla en el momento en el que mata a personas que están alrededor de las que se quiere «eliminar».

Ese día, al lado del coche bombardeado, tirado en el suelo, yacía muerto un vecino del lugar.

Este tipo de asesinatos selectivos, al realizarse en espacios fuera del campo militar de la milicia, resultan muy peligrosos para la población civil. ¿Cuántas veces hemos tenido niños, o adultos, muertos en estos ataques que se hacen en, por ejemplo, tiendas o mercados? Muchas. ¿Cuántas ejecuciones selectivas ha habido en campos de entrenamiento militares palestinos? Muy pocas.

Y estos aparatos, los drones, siguen volando sobre nosotros en la Franja de Gaza. Después de 50 días de bombardeos. Después de un cese al fuego seguimos viviendo con estos aparatos-espías que también pueden atacar.

No os podéis imaginar la intranquilidad que provoca tener que caminar, a oscuras porque no hay electricidad, mientras escuchas el motor del dron encima de ti. Ahora, además, nos recuerdan a los muertos, a los que mataron dejando un boquete en el suelo (si el misil impacta en el suelo) no mayor de 15 centímetros de diámetro. Esa es la huella de un asesinato «selectivo» israelí.

No fueron 17 los periodistas muertos en Gaza.

Como todas y todos habréis ya leído, la Operación militar israelí ‘Margen Protector’ contra la Franja de Gaza, de julio y agosto de 2014, terminó con la vida de 17 profesionales de la Comunicación. Sin embargo, para el centro general israelí ‘Meir Amit de información sobre inteligencia y terrorismo’ no fueron 17.

Según la «examinación» realizada por este centro, los palestinos «intentan ocultar la identidad» de los comunicadores muertos durante dicha operación militar. Es grave leer cómo, en todo momento, el centro busca justificar la muerte de seres humanos en Gaza sin ni siquiera dar pruebas (como centro de investigación que es) de que los muertos son «activistas de Hamas o de la Yihad Islámica». [Fijaros cómo también la narrativa sionista intenta ensuciar siempre la palabra ‘activista’ involucrándola con acciones de los grupos armados palestinos].

El centro enfoca sus percepciones en dos parámetros: el cómo murieron y el dónde murieron, y utiliza dicha información para reducir cualquier responsabilidad israelí de ataques contra la población civil palestina. O, lo que es peor, la usa para justificar el asesinato de periodistas porque trabajan en medios afines a uno u otro movimiento palestino. En la realidad, muchos periodistas de estos medios ni siquiera comparten la visión de dichos movimientos.

CÓMO MURIERON

1. El centro afirma que 2 de los muertos eran «dos activistas terroristas militares, en uniformes y portando armas, que cumplían con tareas de información en las unidades militares de Hamás y de la Yihada Islámica en Palestina». El centro, además, incluye una fotografía de uno de ellos vestido de uniforme militar y añade la fuente.

— Estoy de acuerdo, eliminemos a estos dos uniformados, caídos en combate de la lista. Quedarían 15 comunicadores muertos.

2. El centro indica que 3 eran «activistas» de las Brigadas Ezz Ad Din al Qassam y 1 de la Yihada Islámica en Palestina «que paralelamente cumplían con funciones periodísticas/ de comunicación para los medios identificados con Hamás y la Yihada Islámica en Palestina y/o para los medios de comunicación locales de Gaza».

Esos 4 periodistas murieron como civiles, y se dedicaban a la Comunicación, no murieron como militares o miembros de un grupo armado palestino. Sus afinidades políticas no justifican su muerte. Además, no nos ofrecen muestras contundentes de que se dediquen a lanzar cohetes.

3. El centro apunta que 2 de los nombrados en la lista de periodistas muertos «eran dos civiles de los medios de comunicación, que no eran activistas militares de las organizaciones terroristas, pero trabajaban al servicio del canal de televisión al Aqsa de Hamás y para el periódico al Reesala de Hamás

— Según esta base, la muerte de una periodista como yo, del canal iraní HispanTV- Nexo Latino, estaría totalmente justificada. Al igual que lo estaría la muerte de, por ejemplo, un periodista de Al-Arabiya (medio afín a Arabia Saudí) en estos momentos en Yemen por un ataque hutí.

DÓNDE MURIERON

Al igual que el cómo, el dónde es una herramienta más para desviar la atención y que, al leer su «examinación», pensemos que las personas asesinadas en bombardeos estaban «en el lugar equivocado y en el momento equivocado» [cita tomada de lo que oí a un periodista de la ABC estadounidense].

El centro señala dos puntos:

1. Que los periodistas muertos estaban en sus casas en el momento del bombardeo, por lo que no cabe decir que hubo 17 periodistas muertos en su última operación.

2. Que los dos periodistas que murieron al cubrir los trabajos del equipo gazatí de desactivación de restos de explosivos y bombas israelíes «no murieron por Tzáhal». Dicen que ellos dos no murieron como consecuencia de un ataque del Ejército de Israel. Y yo me pregunto, ¿quién lanzó entonces lo que estaban intentando desactivar? En la Franja de Gaza existen todavía miles de bombas lanzadas por Israel sin explotar. Un peligro para todos, niños, mujeres, hombres y ancianos.

CONCLUSIÓN

Mi conclusión es que nosotros – los que creemos en la justicia del pueblo palestino, los que pensamos que las operaciones israelíes son un uso abusivo de una fuerza militar muchísimo más poderosa que las milicias armadas palestinas- también deberíamos ser más rigurosos.

Fueron 15 periodistas muertos porque, de los 17, dos se dedicaban a la ‘Militar Media’ y estaban en esos momentos librando una batalla entre el Ejército israelí y las milicias palestinas. En el caso de uno de ellos, según indica el centro, se encontraba en la batalla de Shija’ayyah.

Así que hemos perdido a 15 comunicadores, 15 periodistas que estaban en la Franja de Gaza durante la devastadora operación Margen Protector, y a más de 1.500 civiles palestinos.

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Lo que nos lanzó Israel durante la guerra…

Porque no solo fueron misiles, obuses… sino también bengalas luminosas que iluminaron el cielo de una forma casi apocalíptica produciendo un estruendo tan fuerte como cualquier misil o incluso barriles. Estas son algunas fotos de una pequeña colección de restos del obuses y misiles que el Ejército israelí lanzó durante la última agresión en la Franja de Gaza.

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Barril lanzado por el Ejército del Aire israelí que no llegó a explotar. Los bombardeos con barriles provocan cráteres impresionantes, además de provocar mayores daños a su alrededor y, por supuesto, mayor número de víctimas al estar llenos de bolas de metal y otros objetos pesados.

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Barril lanzado por el Ejército del Aire israelí que no llegó a explotar. 

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Restos de misiles, obuses de diferentes tipos, cartuchos, etc. usados por el Ejército israelí en la última guerra en Gaza. 

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Restos de un misil inteligente lanzado por el Ejército israelí durante la última guerra en Gaza. 

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Probablemente resto de un misil que propulsa bengalas luminosas que iluminan grandes espacios. Usados por el Ejército israelí en la última guerra en Gaza. 

Palestinos de Gaza contra Plan de reconstrucción de Serry

Estos días en Gaza muchas son las protestas que están teniendo lugar contra el Mecanismo de reconstrucción de la Franja de Robert Serry, Coordinador Especial para el Proceso de Paz en Oriente Medio de las Naciones Unidas (UNSCO). Los palestinos denuncian que el plan legitima el bloqueo israelí, ¿cómo? pues dando pie a que las autoridades israelíes tengan el derecho de supervisar y dar el visto bueno a todos y cada uno de los proyectos. Israel decide cómo, cuándo y qué cantidad entra. Esto le da pie a imponer suspensiones temporales de entrada del material de construcción y otros bienes humanitarios, tal y como hizo la semana pasada. Por lo tanto, el plan de Serry (de las Naciones Unidas) estaría perpetuando el bloqueo israelí sobre la Franja dándole semejante rol y potestad a la entidad ocupante.

Los palestinos dicen no, no al plan de Serry. Las Naciones Unidas defienden que este no es su plan, sino un plan de israelíes y palestinos. Aunque las Naciones Unidas sea el mediador, bien es sabido que ha querido contentar, una vez más, las exigencias de «seguridad» israelíes en detrimento de un plan de reconstrucción más rápido y eficaz que asegure una vida digna, protección y ayude a devolver una vida normal a los habitantes de la Franja de Gaza que sufrieron una de las agresiones más largas de sus vidas, 50 días de bombardeos israelíes por tierra, mar y aire.

Aquí unas fotos de la marcha organizada hoy 09/11 por la Unión de Comités de Acción Agrícola de la Franja (UAWC):

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La joven con cáncer y la resistencia.

Octubre es el mes Internacional de Concienciación sobre Cáncer de Mama

El otro día fui a la oficina para registro de salidas por el paso de Rafah. Hay varias oficinas en la Franja, esta a la que fui era la de la ciudad de Gaza. No había mucha gente, lo cual era un poco extraño. Era la segunda vez que me acercaba al registro, la primera me encontré con que todo estaba cerrado y los funcionarios no tenían ni idea de cuándo podrían volver a registrar salidas. Los seis o siete que éramos esperábamos nuestro turno, pero a lo palestino: de pie y agolpados a la ventanilla, y al aire libre, con un calor horrible.

Había una joven. Tendría entre 22 y 25 años. No más de 25 años. Pálida, sin maquillaje… Cuando le tocó el turno escuché que le decía al funcionario que llevaba más de 60 días sin recibir su tratamiento. Tiene cáncer de mama. «Por el amor de Dios necesito ir a Egipto para recibir tratamiento cuanto antes, ¿cuándo podré salir?».

Se me quedó el corazón en un puño.

Segundos antes estaba yo pensando que tras dos duros años en la Franja de Gaza sin poder salir a ver a los míos estaba a punto de conseguirlo. Frente a mi, una mujer jovencísima con cáncer sufriendo, rogando un registro rápido para salir lo antes posible…

Joder, pensé, vaya mierda de bloqueo. Y de guerra.

Durante los cincuenta días de operación militar israelí contra la Franja ningún paciente pudo salir a tratarse. Imaginaos, casi dos meses. Para los pacientes con enfermedades complicadas como el cáncer eso supuso – tal y como explicaba la chica en la cola del registro- «dormir en el hospital todos los días». Dormir, que no recibir el tratamiento.

El funcionario le dijo que «Inshallah (si Dios quiere) en dos días podrá obtener un permiso de salida». «Allah le escuche», dijo la joven. Y se marchó.

Se fue sin malhumores, sin gritos, sin empujones, sin maldecir este mundo. «¡Qué fortaleza!», pensé yo… «¡qué resistencia!».

Lo cierto es que en Gaza, durante la reciente guerra, más de 32 enfermos de cáncer MURIERON por no poder recibir su tratamiento. El cáncer de mama es el tipo más extendido entre la población femenina de esta región. Israel, con su bloqueo ilegal, impide la entrada del material necesario para tratar el cáncer en hospitales de la Franja de Gaza por lo que los/as enfermos/as tienen que esperar hasta conseguir permisos especiales de los israelíes que les permitan salir a tratarse fuera.